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Al recibir el Sacramento de la Confirmación se completa un ciclo primordial en la formación cristiana. Un día, recibimos el Bautismo por decisión de nuestros padres; otro, nos acercamos a la Eucaristía. Y, tras esto, se recibe el sacramento de la Confirmación. A estos tres sacramentos se les denominan como «Sacrementos de la Iniciación Cistiana»: son los que confieren al cristiano la gracia suficiente para emprender una vida de adulto en la fe.

Con el apoyo de estos sacrementos se abre toda una vida para demostrar que esta Iniciación Cristiana ha sido sólida. Dios, con su gracia, ha puesto en en cada uno de nosotros unos sólidos cimientos. En la vida, que es un largo camino, en tu vida concreta, habrá de todo: cada uno, somos una pequeña historia. Pero una historia que se escribe en el marco de una gran historia: una Historia de Salvación, de amor de Dios por el hombre. Dios te conoce por tu nombre y te lleva grabado en la palma de su mano, como nos dice la Biblia.

¿Por qué hay que confirmarse?

No es de extrañar escuchar comentarios como: “qué locura que me exijan dos años de confirmación para firmar un papel” o “la Iglesia ya no sabe que inventar, si yo me quiero casar qué más dará si estoy confirmado o no”. Estas personas deberían pararse y pensar… ¿cómo pretenden iniciar en la Iglesia católica a unos niños mediante el bautismo cuando ni ellos mismos han confirmado su fe cristiana? o ¿cómo vas a jurar amor ante los ojos de Dios cuando no te has confirmado como su hijo por voluntad propia? La confirmación no es una obligación, es una necesidad.

Te dejamos dos enlaces, aquí y aquí, a dos articulos muy interesantes sobre el tema.

¿Cómo se organiza en la parroquia?

En nuestra parroquia se invita a todos los jóvenes de ESO, FP y Bachillerato a recibir estas catequesis.

Se organzian en dos años, dos cursos escolares.

Los grupos se organizan por edades, pero todos los jóvenes deben completar los dos cursos de catequesis.

¿Cuándo y dónde se dan las catequesis?

Los grupos se reunen los viernes, de  20:30 a 21:30 en el invierno. Cuando llega el buen tiempo retrasan las reuniones.

Para cualquier duda, contactar con nuestro párroco, D. Diego (móvil 636 10 59 75 fijo parroquial 957 46 79 34) bien por teléfono o en el despacho parroquial